sábado, 8 de octubre de 2011

2. De Regreso...


Yvainne no podía creer que sus hermanos le hablaran después de tan largo tiempo, la ultima vez que hablo con uno de ellos había sido en la navidad de hace cinco años, simplemente había llamado por compromiso, sin embargo su mama le pidió que no hablara mas a la casa y eso hizo.
 Y ahora se encontraba manejando hacia su casa, en Port Orlox, un espeluznante escalofrió comenzó desde el final de su espalda invadiendo todos sus sentidos, ¨Caroline¨ pensó Yvainne  mientras presionaba el acelerador lo mas profundo que podía.

Cada golpe, cada bofetada era tan dolorosa, poco a poco Caroline fue perdiendo el sentido mientras era torturada por Zadist.
El hombre paro, y se dirigió hacia la pequeña Gail sabiendo que los chicos no  dirían ni una sola palabra para mencionar el paradero del sexto demonio.
          - Es tu turno – dijo Zadist a Gail mientras la tomaba del cuello y la levantaba como si fuera un muñeco de trapo mostrándosela a sus furiosos hermanos – veremos si con esta dulzura van a hablar.
Pero a esta vez no la llevo hacia la mesa donde se encontraba su hermana malherida, sino que la arrincono en una esquina del cuarto, donde apenas podía contemplarse la luz, y comenzó el martirio con un golpe en el estomago que la dejaría sofocada por un par de minutos.

Yvainne llego al pueblo a las 5:02 de la mañana, bajo de su Fiorano rápidamente, se dirigió hacia la casa que desde hace mucho tiempo había dejado de ser su hogar, la puerta estaba entreabierta. La abrió y lo primero que vio fue el desorden de correspondencia en el suelo, hacia la izquierda se encontraba la sala, lo muebles destrozados, la televisión encendida y las cortinas desgarradas, el o los que habían entrado al hogar tuvieron que forcejear por un buen tiempo para logra su cometido. Regreso al pasillo y hacia la derecha se encontraba el despacho, también desordenado, parecía que un huracán había pasado por ahí. Mientras más caminaba Yvainne mas desastre encontraba y el llanto quería invadir sus ojos. La chica no gustaba de demostrar sus sentimientos, era fría y calculadora, independiente y audaz, pero en esos instantes demostraba todo lo contrario. Habían encontrado su talón de Aquiles. “increíble pero cierto a pesar haber hecho lo que hicieron los amaba con todo su ser”
Subió los escalones y se encontró con un trozo de papel, en ese entonces no le tomo importancia, mas sin embargo se lo llevo consigo mientras iba al cuarto de los chicos. Nada, ni un rastro de que les hubiera sucedido a sus hermanos. Al llegar al cuarto de la pequeña Gail, recordó que tenía el trozo de papel en su mano, se percato de algo que posiblemente podía darle una pista:
“La cabaña de Fuego”
La cabaña de fuego había sido el lugar de juegos de sus hermanos y ella, sin embargo después de algunos años la cerraron, era un simple pedazo de papel, no le decía mucho, pero estaba segura de que ahí estaría su familia. Salio de la casa y abrió la cajuela de su Fiorano, dentro se encontraba una pequeña colección de armas, se preparo para una pequeña guerra y se dirigió hacia la cabaña de fuego.
Saco su blackberry y marco a su hermano mayor.
-Hola?-un desconocido contesto.

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