domingo, 6 de noviembre de 2011

8.- Momentos Incomodos



Cuando era niña, Yvainne adoraba la playa, nunca dejaba de ir a la costa con sus amigos, practicaban deportes extremos pero su favorito siempre fue el surfing, pero ahora, no puede ni siquiera dejar que el agua toque sus pies descalzos. “Sin embargo… es hermosa”
            Lo recordaba muy bien, fue cuando apenas tenia diecisiete, uno de sus mejores amigos había muerto en una oleada, todos observaron como lo revolcó, después de un rato Yvainne decidió ir por el, ya que no se veía, fue demasiado tarde, Víctor ya había muerto, sin embargo la madre de el le agradeció haber recuperado su cuerpo. Desde aquel momento se dio cuenta de que no tenía la vida comprada y del peligro que representaba el inmenso mar.
            En esos momentos Yvainne solo estaba tomando el fresco de la mañana, por fin logro levantarse sin ningún riesgo y a primera hora de la mañana se había enderezado para salir de aquella cárcel.
-YVAIINNE, MALDITA SEA!! - grito enfadado Damián – TE ESTAMOS BUSCANDO DESDE HACE RATO.
-Calla Damián – volvió su vista al mar – estaba a punto de regresar. – entonces comenzó a caminar de regreso. Antes de llegar a casa, Yvainne sintió que alguien la seguía, se giro sobre si. - Dominic?
-Mama esta dentro – comenzó a caminar – tal vez te interesa saber eso.
            Yvainne se paro en seco, “mama, dentro?” dio media vuelta y comenzó a caminar hacia otro lado excepto la casa.
            -A DONDE VAS? – pregunto Damián
            -A donde sea…. Al pueblo.
            Damián comenzó a caminar tras ella, para acompañarla, Dominic lo detuvo
            -Yo iré.
            Yvainne siguió su camino sin mirar atrás. Pero si se dio cuenta de que su hermano la seguía en silencio.
-No tienes que venir sabes – Comento ella – solo no quiero estar ahí, no es que me escape ni nada de eso. – siguieron caminando y como era de esperarse no dijo nada, así era Dominic el hombre de pocas palabras
            Al parecer la idea del pueblo había sido igual o peor que estar cerca de su madre, la gente comenzó a hablar y a curiosear, los murmuros se escuchaban cada que veían a Yvainne y a Dominic juntos.
            -Maldita sea. – Comento Yvainne, luego observo a Dominic – disculpa…
            -Que? – frunció el ceño
-Dominic, podrás ser callado pero no me puedes mentir a mi – dio la vuelta para regresar – no te gusta estar cerca de la gente.
-Pero a ti no te gusta estar con mama. – comento serio, Yvainne levanto los hombros sin importancia
-Sobreviviré – camino de regreso.

            Antes de llegar a casa, Dominic e Yvainne comenzaron a escuchar un sonido constante, que después de un rato se escucho más fuerte y más fuerte, un helicóptero pasó por encima de ellos directamente a la playa que se encontraba cerca de la casa.
            -No puede ser posible! – Yvainne corrió directamente en dirección del helicóptero.
           
            El helicóptero todavía seguía prendido cuando ella llego, la verdad es que estaba asustada, no sabía quien era y si era el que sospechaba muchas cosas saldrían un poco mal.  El primer hombre que bajo era nada más y nada menos que Nathaniel, alias el hijo del jefe, alias hermano postizo y seguido del bajo Joseph, alias el jefe, alias padre postizo enojado.
            -NO TE QUIERO VER POR AQUÍ HASTA QUE TE LLAME! – le ordeno al piloto del Bell 212, bajo de la gran nave y luego observo a la chica que estaba buscando, abrazada de si misma temerosa de lo que estaba por venir. El helicóptero se fue, todos observaron su partida, mientras Nathaniel comenzaba a examinar a Yvainne.
            -Que demonios haces?- le pregunto ella a el.
-Tengo que revisarte, no te ofendas mujer, pero acaso ya te viste la cara- comento sonriente Nathaniel.
-No era necesario que vengan – comento mientras el chico checaba su temperatura
-Te equivocas Yvainne, era necesario que YO venga, pero EL… - señalo a su padre que se aproximaba rápidamente hacia ellos – el no era necesario que venga. Dios mío que te paso? – señalo su cara y los moretones que tenia en los brazos.
-NADA.
-NO TE ATREVAS A DECIR ESA PALABRA ENFRENTE DE MI SEÑORITA!- grito Joseph muy enojado – DESAPARECES UNA NOCHE, ME DICES QUE TUS HERMANOS ESTAN EN PELIGRO, LLEGO AL DIA SIGUIENTE, Y TU ESTAS MAS QUE JODIDA. - siguió gritando y regañando a la mujer que el mas quería y adoraba – Y TU NOS DICES QUE NO TE PASO NADA!!!
            Joseph, el jefe y su padre postizo, este era el hombre que Yvainne en verdad temía, por que a pesar de no ser de la misma sangre se había convertido en alguien mas parecido a su héroe, a ella no le gustaba que la viera así y mucho menos le gustaba que se enojara con ella.
            -Papa – comento Nathaniel – no creo que necesite esto ahora. – señalo a sus cinco hermanos que observaban desde lejos.
            -Son tus hermanos? – pregunto Joseph, ella asintió.
-Si ellos son. – comenzó a caminar hacia sus hermanos en compañía de su familia postiza.
            Los hermanos simplemente esperaron curiosos, e interesados, sin embargo ninguno se movió, solo observaron al hombre, Joseph se detuvo enfrente de ellos, con una especie de sonrisa.
-Joseph Lucas – se presento – soy el jefe de Yvainne, y si me lo permiten decir, la quiero como si fuera mi propia hija – sonrío hacia ella, luego se aclaro la garganta – ella no habla mucho de su familia, sin embargo me llamo a mitad de la noche diciéndome que ustedes estaban en peligro…
-Esto… no es necesario… - interrumpió Yvainne – por que mejor no vamos…
-NO  ME INTERRUMPAS, BASTANTE MOLESTO YA ESTOY – Yvainne bajo la mirada, sabia que esa era una batalla que no ganaría. – Como les decía, me dijo que ustedes estaban en peligro… y lo único que veo aquí es que ella es la mas perjudicada – tosió un poco – quiero saber que paso, yo se que Yvainne no me dirá, pero – los señalo a todos – uno de ustedes me dirá, por lo que ella hizo por ustedes.
            Los hermanos seguían sin hablar, pero observaban muy concentrados a Joseph, imponía ante ellos y ellos entendían por que estaba enojado, habían lastimado a su hija en un lugar desconocido y la habían lastimado por que había defendido a otros desconocidos.
-Supongo entonces – hablo Caroline sonriente – que le gustaría pasar a tomar una tasa de café?  - Joseph observo a la chica y luego de mala gana asintió, todos comenzaron a caminar hacia la casa con excepción de Yvainne.
-Que te pasa? – Yvainne observo a Nathaniel – quieres que te ayude? – Yvainne negó con la cabeza
- Es solo que… no quería que esto pasara – callo y se aclaro la garganta – no quería que esta vida se juntara con la vida que llevo halla en LA.
- Yvainne – hablo Gail desde lo alto, colorada por una razón desconocida – he.. Yo.. Pues, te acompaño – bajo y la tomo de la mano. Nathaniel bajo la cabeza ante Gail y las siguió por atrás.
            Dentro de la casa no había ningún ruido, solo las manecillas del viejo reloj del abuelo, tic – toc – tic – toc, todos se dirigieron a la sala de estar.
            -Traeré el café – Caroline observo a Nathaniel y luego con una sonrisilla a Gail
            -Yo iré con ella – Yvainne se levanto pero antes de caminar Joseph la agarro del brazo
            -Tú… te quedas aquí. – Yvainne se sentó, comenzó un gran silencio incomodo que nadie se atrevía a interrumpir, por alguna extraña razón Nathaniel estaba mas incomodo de lo normal y Gail estaba completamente colorada. Era desesperante, al sonido del reloj se le unieron los tamboreos del pie de Joseph y el chirrido de la tetera hirviendo.
            -QUE PASA AQUÍ? – el silencio se rompió, todos se sobresaltaron y observaron de donde venia aquella voz. En el pie de la entrada se encontraba nada más y nada menos que la madre de los seis demonios.
            -Maldición! – murmuro Yvainne mientras Dante se levantaba de su lugar.
-Madre, no es nada. – Observo alrededor de la sala – es solo que el jefe de Yvainne quería saber como estaba ella. Así que Carol lo invito a tomar una taza de café.
-Yvainne! – Dijo interesada y a la vez sorprendida – no pensé que seguiría aquí.
-Aquí estoy. Pero te prometo que en cuanto pueda me iré. – Yvainne no miro a su madre en ningún momento
-Así que usted es la madre de Yvainne – Joseph interrumpió el tenso reencuentro madre/hija- no comprendo por que ella no habla de ustedes…
-Ella debe de tener sus razones padre.- por fin hablo Nathaniel salvando a Yvainne.
            La madre de Yvainne se sentó en su lugar preferido y junto con ellos espero el café, nuevamente se hizo el silencio.
-AQUÍ ESTA EL CAFÉ! – anuncio Caroline sonriente. – Espero que les guste, no soy muy buena con esto de la cocina.
-Nada buena! – se burlo Damián.
            Todos se prepararon su café al gusto, Yvainne seguía callada, en el mas lejano rincón, escuchando los tintineos de las cucharas y las bromas que hacían sus hermanos entre si. Entonces se levanto, comenzó a caminar de un lado a otro de la habitación pasando una y otra vez sus manos entre su largo cabello.
-No quieres uno? – ofreció Dominic a Yvainne, ella negó la cabeza – Oh! Cierto, no te gusta el café.
-Me gustaría terminar esto e irme… - comento Yvainne en voz alta – por favor hay que terminar esto.
-Me parece buena idea. – dijo Nathaniel secamente.
-Bien tal vez tengan razón. – continuo Joseph –díganme, que paso por favor?
-Fue hace tres días – la historia la comenzó Gail – aunque por lo que suponemos, tal vez comenzó desde hace un mes o dos, verán, alguien nos secuestro… tal vez eso ya lo saben todos…. Fue en la noche, unos diez tipos bien armados se metieron en la casa, no solo estaban bien armados, ellos sabían que tenían que hacer, sabían nuestras debilida…. – Gail observo a Yvainne, no podía continuar, si continuaba tendría que decir su “pequeño secreto” – este… ehh…
- Gail, ellos saben… - todos la observaron – Demonios! daa!!
-TE ATREVISTE A DECRILES!? – Se levanto precipitadamente la madre de los demonios – COMO FUISTE CAPAZ!? – Yvainne se levanto nuevamente, esta vez enojada, sus ojos eran rojos y su pelo cambio de café obscuro a rojo fuego, estaba furiosa, por fin exploto.
-ME ATREVI DE LA MISMA MANERA QUE TU TE ATREVISTE A CORRERME DE AQUÍ. ME ATREVI POR QUE ELLOS SON LO MEJOR QUE HE TENIDO EN LA VIDA Y SE LO MERECEN SABER. – Yvainne gritaba sin interesarle lo que decían sus hermanos o su padre.- A TI NO TE DEBE DE INTERESAR MI VIDA. – se le acerco a la mujer que una vez le dijo madre, la observo directo a los ojos por un rato luego sonrío – mujer, si no me quieres alrededor de tus hijos, ENTONCES APRENDE A CUIDAR DE ELLOS! – tomo sus lentes – si me disculpan me retiro – Yvainne salió de la casa azotando la puerta sin mirar hacia atrás, Nathaniel la siguió sin decir palabra mientras todos lo observaban salir Joseph se levanto, se acomodo el traje.
-Con permiso – agacho la cabeza y se retiro sin decir mas palabras. Los hermanos se observaron entre si
-Eso madre… - Rompió el silencio Dominic – fue completamente estúpido de tu parte. No comprendo, si ella dejo de interesarte, entonces no te metas en su vida. – esta vez Dominic salió de la sala de estar.
-Que …. Fue…. Esooo?? – pregunto asustado Damián, Caroline se levanto y comeos a recoger cada una de las tazas.
-Creo que esta vez…. Estoy de lado de Dominic…- dijo tranquilamente – no creo que tengas mucho derecho de reclamarle madre. – Dante simplemente negó con la cabeza y en el fondo de la habitación se encontraba Gail, sin decir ninguna palabra a nadie observando a la nada… - Gabriiiiieeeeellll?? –Dijo Caroline en tono musical y poco a poco se acerco a ella y le sonrío – que acaso no sabes…. – ella la observo – ese chico que venia con Yvainne no te dejo de ver en ningún seguuuundo!!! – entonces comenzó a reír a carcajadas – no lo notaste Damián?
-Por supuesto que si hermanita!!, no te dejaba de ver… con sus ojoosss SSSEEEXXYYYSS!- Gail se levanto indignada
-Eso no es cierto – dijo tranquilamente – el estaba preocupado por Yvainne. – Ambos hermanos se comenzaron a reír, Caroline imitando a Gail sin aire mientras que Damián se ponía rojo
-Y uno, y dos – Caroline comenzó a mover sus manos como si tuviera una batuta en mano – y un dos tres.
GAIL, YA TIENE NOVIO!
GAIL, YA TIENE NOVIO!
GAIL YA TIENE NOOVIIOO!
Y PRONTO SE VAN A CASAR!
Y PRONTO SE VAN A ACOSTAR!
Y MUUCHOS HIIJOS TENNNDRANN!!!!
Los dos hermanos rompieron en carcajadas, mientras Gail comenzaba a lanzarles todo lo que encontraba en su camino
-PAR DE TONTOS! – peleo Gail – BRUJOS, ANIMALES!, DEMONIOS!
-CORRE CAROL!!! – Grito Damián, corriendo por el corredor de la entrada.

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